¡Tierra, tierra! gritó uno ¡Tierra, tierra! como si se tratase del mismísimo paraíso.
Y en verdad lo era, y lo sigue siendo aún en nuestros días;
días por cierto, que seguimos padeciendo las mismas miserias de entonces
a pesar de todas las luchas que se han librado.
¡Tierra, tierra! fue el grito y, yo agregaría: ¡¿Qué te han hecho?!
Ellos dicen haberte descubierto, aunque a su llegada, ya nuestros abuelos te habitaban
¡Tierra, tierra! gritó un tal Rodrigo aquella tarde de 1492
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