Nadie ve su tez morena
mimetizada con la fértil tierra!
Aunque la riega desde hace tantos ayeres
con agrio sudor de agradable trabajo.
Nadie percibe su aroma
a café tempranero!
Recolado por las callosas manos del amanecer
y la sonrisa de los buenos días.
No se siente su paso de marcha firme!
Ni se oye el grito de su ronca voz!
El hombre nuevo
saca provecho de su humana condición
con un amarillento lápiz
y la virginal paciencia de una hoja en blanco.
– <<¿La nada nos pesa o nos pasa?>> – se pregunta
– <<¡Hogar, dulce hogar... el de las abejas>> –. termina reflexionando.
Decía Galeano "los nadie: Los hijos de nadie, los dueños de nada... los nadie, que cuestan menos que la bala que los mata". Eso fuimos en este país por generaciones, pero ahora soplan vientos nuevos, vientos de revolución, los invisibles de siempre se están haciendo visibles. La nada dejará de pesarnos y de pasarnos, soy optimista! Hermoso poema Victor, muy profundo y reflexivo. Gracias por regalarnos esta belleza. ¡Un abrazo amigo!
ResponderEliminartal fuera evo para invocar su Pachamama. y pedirle a la humanidad para que cuide de ella. porque ella... puede vivir sin ellos.. pero ellos sin ella no vivirian...
ResponderEliminar